la lucha

no hay nada como terminar una buena caminata  por el malecón (parque kennedy, un paseo por larcomar, y otra vez por el malecón) tomando un frozen de granadilla y comiendo papitas  huayro con salsa tartara, de rocoto, y un sanguche de pollo deshilachado mientras escuchas y compartes con buena gente.

así que si quieren terminar un domingo con la barriga llena y el corazón contento, o un feriado en una lima húmeda y fría por el invierno, este sitio es una buena opción. la lucha, la sanguchería con sabor criollo. si no conocen esta esquina y espacio de jugos, sanguches, papitas, pueden darse una vuelta, aprovechando el paseo cerca del malecón para mirar el mar en el invierno.

“La Luchita es una sanguchería al paso: la gente pasa, mira la lista, compra y si encuentra sitio en la barra, come ahí o pide para llevar. La Lucha, en cambio, es más grande, tiene mesas y una oferta más amplia”, explica el chef que busca imponer una nueva costumbre: comer un sánguche picando la guarnición.
Y esta no es otra que una porción de nutritivas papas huayro fritas. “Anteriormente usé la papa huayro cocida, para ensaladas y causas o para hacer puré. Con la huamantanga también hice pruebas, pero fritas me quedaron mejor las huayro”, cuenta Hernán, quien las fríe con cáscara (“para aprovechar al máximo sus valores nutritivos”, apunta), respetando la rusticidad del tubérculo, y las sirve con salsa tártara de la casa. El sándwich de lechón a la leña cumplió con lo ofrecido, un gusto diferente a cualquiera que hayan probado antes porque usan leña de algarrobo.»
p.d. aquí la dirección, y los domingos abren desde las 7am! para un buen d desayuno o para «continuarla!
Oscar R. Benavides 308, Parque Kennedy, Miraflores, Lima

café + cacao

esto es lo que necesito ahorita: un buen capuchino con una trufa o dos. sentarme a escuchar música y leer un libro mientras voy saboreando la mezcla del café y el cacao.

me gusta el café, me gusta sentarme a tomarlo tranquila, tengo mis sitios preferidos, pero me gusta descubrir nuevos espacios.

me gusta acompañar el capuchino o café con leche con un  croissant, orejitas de chancho, o trufas. es uno de mis momentos preferidos y una de las cosas que no me canso de hacer.

sola, con una amiga o amigo, en grupo, en una ciudad nueva, en el rincón de siempre, en mi taza preferida, en una taza nueva, escuchando blues, reggae, jazz, electrónica, o en silencio, viendo el mar, los arboles, la ciudad, el campo, la computadora, las paredes.

human horse tonic

me pregunto cómo será el human horse tonic jamaiquino.

será como un red bull?
será como tomarse 50 cafés?
será como el té rojo?
será como el ginseng?
será como el té negro?

cómo será?

choclo de mil colores

existen muchas formas de comer este alimento de la naturaleza, hervido, secado para consumir después, como bebida.

hay tantos colores de maíz o choclo en el perú, desde el amarillo pálido, al morado, pasando por choclos punteados de puntos rojos, naranjas, marrones, hay unos que tienen el grano más grande y otros chiquitos. se hacen bebidas gracias a ella, desde la chicha morada a la chicha de jora – un trago fermentado que se toma en la sierra del perú. también usan la chicha de jora para sazonar recetas gastronómicas del norte y centro del perú.

la chicha de jora fue tomada por los incas, la consideraban sagrada. ahora se toma como parte de una celebración o para pasar el rato con los amigos.

un alimento que tiene mucha historia, que es el símbolo de la abundancia.
si es un símbolo de la abundancia, entonces lo comeré todos los días! con queso, con salsas, solo, acompañando algún plato, desgranado, en medio de la naturaleza, sentada en la tranquilidad de mi casa, al costado de un lago, con ají y salsa de rocoto, formando parte del cebiche y la leche de tigre.

cupcakes cumpleañeros

el año pasado, para mi cumpleaños quería hacer algo especial. normalmente me gusta preparar una torta sobre todo la de chocolate con harto fodge casero, pero había visto en diferentes cafés que podías pedir tus «mini» tortitas con miles de sabores, decoraciones, formas, más conocidas como cupcakes.

unos días antes de mi cumpleaños pensé que era más práctico y lindo llevar muchos cupcakes chiquitos para mis amigos y compartir este postre después de la infaltable canción «feliz cumpleaños a ti!».

sabía que iban a ir como 12 personas así que calcule cuántos cupcakes comería cada uno, saque un recetario – en holanda había un libro solo de cupcakes, topings, frostings y demas terminos cupcakeros -, y empecé a ver todos los ingredientes para hacer dos sabores diferentes:

1. carrot cupcake con frosting de chocolate blanco y pezados de chocolate artesanal (idea mía…en qué momento se me ocurrió, no sé!!!)

2. chocolate cupcake con icing de moka y bolitas de chocolate blanco | bitter

vi todas las formas de cupcakes: con caritas de animales, frases, como flores, personajes de la tele, formas de corazón, estrella, luna llena, bob esponja, y la lista de todo lo que necesitaba: colorantes, azúcar en polvo, azúcar glacé. azúcar normal, esencia de naranja, de coco, de vainilla, café, harina, huevos, pirotines, cacao, queso philadelphia, todas las cosas para adornar mis queridos cupcakes.

cupcakes:

fui a comprar lo que no tenía y empezó la aventura en la cocina. los primeros cupcakes de chocolate salieron como una masa gigante y pegada, no como las fotos que había visto (consejo, no pongan los cupcakes demasiado pegados en la bandeja cuando los vayan a hornear). saque los pirotines otra vez, cómo se pueden pegar estas cosas y son tan frágiles, volví a poner la masa con paciencia, alegría, pensando en la cara de mis amigos el día de mi cumpleaños. y otra vez al horno. esta vez parecían más cupcakes.

frosting:

no sabía todo los detalles que hay que tener para hacer esto… derretir la mantequilla, pero que no se queme…para que la mantequilla, queso philadelphia, esencias, huevos o lo que sea, se mezclen, tienes que usar la batidora más de 10 minutos cuidando que no se pegue todo (lo que me paso a mi). luego con una espátula sacar todo y lo pones en un bowl y a la refrigeradora. si se enfría demasiado no puedes poner el frosting encima de los cupcakes.

como soy diseñadora gráfica pensé que sería lindo darles un toque diferente. no, nada de animalitos (por ahora), eso es para el nivel avanzado de cupcakes. fui a chocolatería artesanal en el centro de barcelona, por la rambla cataluña, y compre trozos de chocolate blanco artesanal – que fui comiendo en el metro hasta llegar a la casa – y bolitas de chocolate bitter | blanco.

me motivaba ver la cara de mis amigos cuando sacaramos la bandejita con 30 cupcakes en lugar de una torta grandota. así que estuve dos días metida en la cocina, entre pirotines, cupcakes, chocolate, harina, batidadora, café, todo tipo de azúcar, leche y mucho más.